Buscar este blog

jueves, 30 de agosto de 2012

MI NOMBRE ES VULGAR...

BUENOS DÍAS DE NUEVO A TODOS.

Mi padre vaticinó lo que se me venía encima cuando entré en Estados Unidos este verano. Lo he vuelto a oír en el video del Ateneo -que os pondré un día de estos-. Pues ya digo, que una vez que volví a oir a mi padre protestar porque su apellido es obviado por lo vulgar que es, he llegado a esa conclusión: que me estaba advirtiendo de lo que me iba a ocurrir cuando llegara a Miami.I
La verdad es que el otro día me quedé un tanto inquieta... Había empezado a contar mi viaje por la mitad en vez de empezar por el principio.

Antes de ir a Guatemala paramos en Miami. Aquello es muy bonito también, hay muchas cosas que ver allí y muchas playas para disfrutar. Pero de Miami no voy a contar tantas cosas como de Guatemala. Solamente haré un comentario francamente divertido (divertido para el que lo lea, a nosotros maldita la gracia que nos hizo...).

 El vuelo de casi 10 horas Madrid-Miami nos dejo un pelín baldados, creíamos que ya estaba pasado lo peor, (es decir, el viaje) cuando llegamos a inmigración. Un policía muy amable nos pide pasaportes, nos hace fotos, nos toma las DIEZ huellas dactilares..., cuando de repente me retienen mi pasaporte y el de mi hija mayor y nos dicen que tenemos que acompañarles a otra sala. La verdad es que lo que reflejan las pelis americanas es completamente cierto. Entre lo cansados que estábamos y la tensión de pensar que a ver qué te van a decir, empezó a dolerme la cabeza que fue un primor.

Los niños reventados, sin parar de decir que qué hacíamos allí, que se querían ir a dormir, que si patatín patatán... mi marido y yo nerviosos a más no poder, un niño sudamericano a mi lado le decía a su madre: "mamá, ya llevamos dos horas aquí!!! De pensar en los pobres niños nuestros durmiéndose por las esquinas me partía el corazón.
No llevábamos mas de 15 eternos minutos cuando oímos una voz yankee que dice: "Maruia Dolorues". Vamos hacia el tipo, y empieza a soltarnos un rollo patatero en inglés que no entendíamos demasiado por lo absurdo que parecía. Me discutían el apellido, decían si el GARCIA era primero o segundo, y algo así como que no podía ser apellido. Como nos vio cara de alucinados, apareció un latinoamericano que nos habló, pero aun así no dábamos crédito... ME DISCUTÍAN COMO ME LLAMABA YO!!! Nos dijo que era demasiado común lo de María GARCIA y que tenía que cambiarlo.
Joeeeer con el americano -pensé- ¿Para eso me paras? ¿Para decirme que mi nombre es vulgar? Anda ya!!!
Cuando salíamos de aquella sala, yo me partía de la risa, me dije, recordando a mi padre en el Ateneo: papa, qué herencia de apellido mas vulgar me has dejado. Por orden de los Estados Unidos de América ¡¡¡voy a tener que renunciar a tan ilustre apellido!!!
Bueno, no os creáis que aquí se acaba la historia, ¡¡qué va!! Para conseguir llegar al lugar donde se encontraban los alquileres de coches fue todo un poema. Pasillos, ascensores, trenes, y mientras tanto, nosotros tirando de cinco maletas, una mochila por persona y el violín de la pequeña... ¡¡Casi que tenemos que empezar a explotar a la niña y sacar el violín para que ganásemos unos dólares porque de allí no salíamos ni a la de tres!!
Cuando conseguimos alcanzar la sala, tardaron lo suyo en hacer el tramite, pero lo mas curioso fue que nos dan un papel y nos dicen que vayamos "on the right, and then on the left", y algo mas que con la vocalización americana no entendimos un pimiento. Vamos a la derecha, luego a la izquierda, y llegamos a una zona del garaje con 300 coches. Y ahora, ¿cual es? No encontrábamos en la documentación ningún indicador de cuál era el coche, al poco de estar allí mirando y remirando, se nos acerca un latinoamericano amable que nos informa de que podemos tomar el carro que nos salga de las narices!!! Esto es increible, chicos. Aquí está la libertad a tope, pobre de ti que duden de tu responsabilidad, pero desde luego aquí, eso de libertad y responsabilidad parece que van de la mano. 


Salimos del garaje, y el aguacero era tal que menos mal que íbamos con GPS, porque si no, nos matamos. En mi vida había visto un tormentón igual!!! Qué barbaridad!!! Los niños se quedaron completamente fritos, derrotados, hechos fosfatina. 

Cuando llegamos al edificio, el encargado de darnos toda la parafernalia del apartamento nos vio y salió corriendo pero como llovía tantísimo no lo vimos. Paramos el coche y hablamos con dicho señor. Nos habíamos vuelto a equivocar!!! Dimos la vuelta y POR FIN LLEGAMOS.


El episodio de nuestra llegada a Miami nunca la olvidaremos. Ha sido lo más surrealista que me ha ocurrido en mi vida. Y encima mi padre quejándose unos días antes de que su apellido es ignorado... Pues vete a Estados Unidos y verás lo que te dicen: NO TE DIRÁN QUE ES VULGAR, NO. TE DIRÁN QUE TE LO CAMBIES, que es peor.

Moraleja: ¡a disfrutar de lo que tenemos, y dejemos de lamentarnos de nuestras cosas, porque puede venir alguien y pretender quitártelas!

1 comentario:

  1. Pues tienes un nombre bien saleroso!!!! Estos americanos no saben!!!

    ResponderEliminar