Buscar este blog

lunes, 31 de diciembre de 2012

ERRORES Y DEFECTOS

A lo largo de nuestra vida hay épocas buenas y épocas malas que tarde o temprano terminan por aparecer. Parece que una de las épocas que se consideran bastante malas es cuando somos conscientes de nuestros errores y defectos. Descubrir esas malas tendencias que todos tenemos dentro y que crecen como malas hierbas nos pueden crear una soledad interior malsana.

Un día un hijo preguntaba a su madre: "Mamá, ¿por qué es más fácil hacer las cosas malas que las buenas?"... Es una pregunta que tiene su miga. ¿Qué es más fácil, quedarse dormido o levantarse temprano para ir al colegio? ¿Es más fácil quedarse a ver la televisión o levantarse temprano para hacer deporte? ¿Es más fácil ignorar al enfermo o ir a cuidarlo? Creo que la respuesta correcta es: que lo fácil y cómodo no suele ser, ni mucho menos, lo correcto. Y cuando tienes claro lo que es correcto y coherente, lo que parece más difícil deja de serlo y se convierte en parte de tu vida. Te levantas porque tienes que trabajar o estudiar y punto y final... O vas a ver a tus familiares enfermos porque su necesidad de compañía es mucho más importante que el hecho de que a tí te apetezca o no; tus "apetencias" pasan a un segundo -o tercero o cuarto- plano.

Otro día, después de una riña, un niño se sentía muy mal. Le preguntó a sus padres: "¿Se podría rebobinar la vida?" También tiene gracia esa pregunta. Le hubiera encantado rebobinar para evitar el mal que había causado. Lástima que no podamos a veces dar marcha atrás y rectificar nuestros errores...

Como decía antes, a veces te produce una terrible soledad ser consciente de tus defectos. Pero como bien dicen los sabios, esa angustia se combate aceptando nuestra propia realidad. Para ello es fundamental la fortaleza: procurar hacer nuestras obligaciones lo mejor posible, y no dar demasiadas vueltas a los propios defectos y a los defectos de los demás. Es importante valorar las cosas buenas que da la vida: un cielo estrellado, un sol calentándote la cara en una mañana fría, el piar de un gorrioncillo, la sonrisa de un niño, o simplemente ver que eres capaz de hacer feliz al que está triste. Y todo lo que acabo de enumerar no tiene precio (vamos, que nos puede salir gratis, no hace falta tener grandes fortunas ni grandes negocios). 

En un artículo de Moreno Iturralde -artículo en el que me he basado hoy para escribir esta entrada-, hace una reflexión muy interesante: dice: "Si a uno le duele bastante su vida en algún aspecto, es bueno asesorarse con alguna persona que merezca nuestra confianza. No siempre hay por qué apechugar con pesos muy costosos, pero conviene asesorarse antes de tirar un pesado saco de piedras, no vaya a ser que se trate de diamantes"... El otro día hablaba con unos amigos sobre la enfermedad y los problemas en general. ¿Es posible mirar la enfermedad y los problemas, no como un castigo, sino como una oportunidad para superarse a sí mismo, para afianzar lazos de amistad y de familia, y una manera de madurar y ver la vida de otra forma, de verla de Verdad? Mi respuesta es SI, sin ninguna duda.
Para concluir, os transcribo una "mini oración" que me parece muy propia para terminar esta entrada; dice así: "Dame serenidad, Señor, para aceptar las cosas que yo no puedo cambiar, valentía y empuje para cambiar las que sí puedo cambiar, y sabiduría necesaria para discernir entre ambas".

jueves, 20 de diciembre de 2012

FELIZ NAVIDAD Y FELIZ AÑO 2013



Desde este rincón del mundo quisiera felicitar a todos los que os asomáis por este sencillo blog. Esperemos que esta Navidad se aproveche para hacer más familia, para escucharnos más, para cuidarnos más y, tratar en la medida de lo posible, de ser más felices.

Una felicidad profunda, donde disfrutemos de servir y hacer felices a los demás, de tratar de vivir sin miedos ni torturas. Donde nos demos cuenta de que cada día que pasa es un regalo, y también donde veamos la enfermedad como una oportunidad de mejorar, no un castigo.

Aprovecho también la coyuntura para defender el buey y la mula. Es una tradición milenaria que el Papa no ha querido quitar. No entiendo las noticias extrañas esas que han aparecido. El Papa habla de manera anecdótica del buey y la mula, y da una explicación del posible origen de esa tradición, pero creo que nada más. Obviamente no tengo línea directa con el Papa, no he hablado en persona con él, pero creo que los que han dado la noticia de que el Papa quiere quitar al buey y a la mula de los Belenes tampoco deben tener mucha relación con el Santo Padre.

Os adjunto las páginas donde habla del Buey y la Mula.










miércoles, 12 de diciembre de 2012

AMIGOS DEL SILENCIO

El título de esta entrada se debe a la madre Teresa de Calcuta. En su libro "Camino de sencillez" dice que hay que dedicarle tiempo al silencio, sobre todo si vivimos en grandes ciudades. Tiene toda la razón. El otro día hablábamos unas madres sobre la falta de contemplación y silencio que tenemos las personas de hoy en día, y lo peor de todo es que se lo estamos inculcando a nuestros hijos. Si no hay ruido, se buscan el aparato electrónico, el caso es "no perder el tiempo" en contemplar.

Después de hablar con esas madres, leí a la Madre Teresa de Calcuta. Después pasé un rato admirando el firmamento con mi hija. Estaba precioso. No creo que fueran más de 2 minutos..., tiempo suficiente para admirarlo y no aburrir a una niña.

También dice la Madre Teresa que Dios es AMIGO DEL SILENCIO, por eso es en el silencio donde somos capaces de percibirle, de escucharle. Y un momento estupendo para el silencio es en la enfermedad. ¡Vaya si es bueno ese momento! No tienes otra cosa que hacer que pensar, admirar, contemplar... Y por muy acompañada que estés, tienes ratos de estar sola, de leer, de soñar, de pasarlo mal, de estar en silencio. 

Cuentan de un náufrago que estaba y pedía a Dios que se manifestara y le ayudara. Al poco pasó un barco y le dijeron si le podían ayudar, pero él decía que su Dios se manifestaría. Y así varias veces hasta que murió. Ante Dios se presentó y le dijo: "Señor, por qué no me has ayudado?" y Dios le contestó: "pero si te envié un montón de barcos!!!". Quizá es lo que nos pasa a todos: que buscamos a Dios en determinadas manifestaciones conforme a nuestro entender, y no nos damos cuenta de que Él se manifiesta de múltiples maneras, que nos auxilia de muchos modos... Pero para ello hay que estar en silencio.

No os aburro más, sólo que os animo a estar de vez en cuando en silencio. La madre Teresa comenzaba siempre en silencio su día para estar más en oración. Mucho hay que aprender de esta beata.