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martes, 8 de octubre de 2013

BIENVENIDOS A IRLANDA

Cualquiera podría pensar que he decidido "dar el carpetazo" al blog pero nada más lejos de la realidad. Es que estoy en Irlanda viviendo, y el traslado ha sido bastante complicado.

Llevo poco tiempo viviendo en Irlanda, -Cork concretamente-, y la verdad es que estoy encantada. Lo mejor de Irlanda, aparte -claro está-, de sus impresionantes paisajes, es la amabilidad de la gente. Es el lugar idóneo para aprender inglés. Además, los irlandeses tienen en cierto modo el carácter parecido a nosotros, los españoles, aunque creo que son más educados que nosotros. Lo de la educación no es por ofender ni echar piedras sobre mi propio tejado; es que realmente lo son: no verás salvo raras excepciones, una "caca" de perro por la calle, las calles están limpias, la gente conduce tranquila, se te acercan por la calle para echarte una mano si te ven agobiada. Y la cultura del pub no tiene parangón. Los amigos se reúnen siempre en el pub para tomarse las pintas de Guiness o Murphys, charlar con los amigos y, si llega el caso, escuchar la animada música irlandesa.

Hay muchísimos pelirrojos. Es muy divertido ver la cantidad de niños pequeños rubios o pelirrojos. Por cierto, hablando de niños, este país es bastante prolífico; puedes ver por la calle a padres y madres cargados de niños, resultando muy pintoresco. El otro día mis hijos decidieron subir las escaleras mecánicas pero por las escaleras que bajan -no por las que suben-. Yo me agobié un poco, pensando que a lo mejor alguien les llamaba la atención... Pues no!, no solamente no nos llamaron la atención, sino que además todo el mundo los miraba y se reían.

Lo que me hace mucha gracia de los irlandeses es que gritan tanto como nosotros. No es broma, no. Si vais a Suiza o a Alemania, es raro encontrarte a niños montando una pataleta por la calle;  allí ni siquiera los perros ladran... Sin embargo, en Irlanda veo niños tirados por el suelo gritando como locos... Los veo y me digo: "mira, como en España, igualito igualito".

Una de las cosas que me tiene muy impresionada es la afición a la música. Hoy he asistido a una ceremonia de inauguración a la Primera Comunión de mi hija pequeña. Si bien la entrada a la iglesia era un guirigay tipo español (padres y niños hablando como si estuvieran comprando verdura), en el momento en el que el sacerdote ha aparecido, todo el mundo se ha callado (niños incluidos, había hasta bebés), y 60 niñas han comenzado a cantar como si fueran una sola: afinadas, dulces, preciosas. En ese momento, en el que decían que "el Señor es mi Pastor, que atiende todas mis necesidades y que mis problemas desaparecen, etc", me han emocionado y se me ha olvidado lo del principio.

Respecto a la música, deciros también que el día 20 de octubre hay un concierto del Cork School of Music, en el que más de 100 niños van a tocar el violín. Estoy deseando verlo porque si de verdad consiguen que esa cantidad de criaturas consigan afinar sus instrumentos, LES PONGO MATRICULA DE HONOR.

Cambiando de tercio, alguna amiga está planteándose venir a Irlanda; me pidió algunos consejos, pero os advierto que éstos son para un plan como el mío, de venirse a vivir con toda la familia.

1.- Merece la pena traerse el coche. Sin prisa pero sin pausa, puedes atravesar España, Francia, llegando a varios puntos posibles donde sale un Ferry que te lleva hasta Cork o alrededores. No hay duda: traeros siempre el coche, y más cuando lo llevas repleto de niños. Otra alternativa es venir en avión y luego alquilar algo aquí, pero para los de economías normales, lo mejor es traérselo.

2.- Yo recomiendo no traer mucha ropa de verano. Aquí estamos ya de manga larga. Lo mejor es, pues, venir bien abrigados, de entretiempo y de puro invierno.

3.- En general, las cosas son sencillas de conseguir si tienes un mínimo de conocimientos de inglés. Aunque a veces te atascas un poco. Por ejemplo, para conseguir abrir una cuenta corriente es muy complicado. Cuando llegas allí te piden que les presentes alguna factura de servicios tipo luz, gas, etc, a tu nombre; y a la vez, las compañías de luz agua etc, te piden un número de cuenta corriente. Nosotros, después de ir desesperados de un lado a otro, al final la empresa de recogida de basura nos dejó pagar en metálico y por adelantado 3 meses, y asunto resuelto. Consejo: ir a la empresa de la basura. La alternativa es hablar con tu "landlord" o arrendador para que te pase los recibos a la cuenta española, pero no suele "colar" fácilmente.  

4.-En Irlanda parece que las telecomunicaciones no acaban de funcionar muy bien. A nosotros nos ha costado muchísimo tener acceso a internet. Parece que la línea tenía un grave problema y después de mes y medio luchando a brazo partido con la compañía, tuvimos que cambiarnos a otra compañía que te dan un modem móvil. 

5.- Lo más importante es tener a los niños lo mejor ubicados posible en cuanto a colegios se refiere. Es recomendable asesorarse bien sobre las mejores zonas para los colegios y sólo después buscas casa lo más cerca posible de los colegios. Aún así, yo estoy a 5 km de los colegios de los niños, por lo que me toca coger el coche a diario. 

6.- Algo importante para aprovechar el tiempo es ser conscientes de que aquí no se viene a descansar; se viene a aprender inglés. Concretamente en Cork la Universidad tiene unos cursos muy interesantes que te evalúan tu nivel de inglés y a partir de ahí empiezas a estudiar. Yo me he metido y estoy muy contenta, francamente. Hasta soy capaz de mantener una conversación por teléfono.

7.- En Irlanda se estila mucho organizar cafés para madres, todas las madres que pueden, quedan por la mañana a desayunar (una vez al mes más o menos). A todas esas reuniones hay que ir porque es la mejor manera de integrarte. Es difícil seguir el hilo de las conversaciones pero yo me he marcado el reto de conseguir entenderlas para cuando me vaya otra vez a España. Espero conseguirlo.

8.- En Irlanda se aprende a conducir sin estress. La gente es educadísima al volante. Vas por una calle estrecha y la gente se va dejando pasar unos a los otros... Es muy interesante ver funcionar a los coches. Y por las autovías no ves locos a velocidades sorprendentes. Todo el mundo va bastante tranquilo. A mí me han enseñado a pensar más en los demás que en mí misma. Son majos hasta para conducir. No tienen un gusto por la estética en sus propias ropas, pero eso va con su carácter: les importa bastante poco si las rayas y los rombos pegan o no, no necesitan saber eso para ser felices. 

En fin, nada más. Creo que es una experiencia única que todos en la vida nos deberíamos poder permitir. El país es precioso, la gente es muy amigable, el tiempo.... frío pero se compensa con la amabilidad de los irlandeses. Es una estupenda forma -y bastante económica- de mejorar el nivel de inglés de toda la familia.