OTROS PAISES "LANDER"

BUENOS DÍAS A TODOS.


El jueves pasado tuve una llamada del servicio de cirugía del hospital donde me operaron, comunicándome que tenían que adelantarme la revisión del día 26 de junio al 18 del mismo mes. Este cambio me ha venido estupendamente ya que me he ahorrado una semana de pensar y darle vueltas a la cabeza. Cuando una persona pasa por un trance cancerígeno, es inevitable que la cabeza piense lo que no tiene por qué pasar. Vistas las cosas de este modo, creo que me ha venido genial.


Así es que de sopetón y sin profundizar demasiado me encontré con la necesidad de hacerme análisis y pruebas radiológicas varias a base de bien. 


El viernes por la mañana fui rápidamente a mi centro de salud para comunicarles que el cirujano me había adelantado ocho días la cita, y que necesitaba hacerme con urgencia el análisis esa misma mañana para que el día 18 tuviera el médico las pruebas. 


Quizá tenía razón este amigo mío que dice que yo soy demasiado optimista, y que la vida no es tan de color de rosa. Sinceramente creo que la vida es del color que estemos dispuestos a verla, con lo cual, mi espíritu siempre es animoso y firme en la creencia de que todo el mundo es bueno mientras no me demuestren lo contrario.


Y bien, allá que me fui yo rápidamente a mi centro de salud, me acerco a las administrativas que organizan las analíticas y les explico lo que acabo de escribir arriba. Me quedé alucinada con la contestación de la maleducada señora:


-Vaya!!!!,  otra vez la misma historia!!!!- dijo la señora administrativa sin ni siquiera mirarme a la cara, pero con un gesto de tener justo delante de la nariz algo parecido a una montaña de excrementos.
- ¿perdón?- le respondo yo. Y sin mirarme a la cara sigue con su ofensa.
- Pues que ya estamos hartas de los cambios de cita de los médicos, y aquí mientras, nosotras volviéndonos locas con tanto trabajo. Vamos, cuánta prisa cuando a uno le interesa... -y ni corta ni perezosa, eleva aún más la voz y dice: "Pues si tanta prisa tiene el médico, que le haga el análisis él o su hospital, y que a nosotras no nos mareen".


Ante tal mala educación, ni se me pasó por la cabeza contestarle lo que debería haberle contestado y que me rondaba por la mente en esos momentos... pero todavía hay categorías. Decidí, en cambio, irme al mostrador de citas y en vez de contarle a la que me atiende la mala educación de su compañera, me limito a empezar otra vez desde el principio contándole lo que os acabo de contar en los primeros párrafos. Y fijaos cómo son las cosas: esta señora no estaba ni mucho menos enfadada, me atiende mirándome a la cara y me dice que no me preocupe, que no pasa nada, me pone un papelito "post-it" de advertencia de que es "urgente" sobre el folio de la analítica, y me anima a que me vaya nuevamente a la impresentable y le de el papelito. Yo en vez de ir con espíritu de contraatacar, me dispuse a hacer un ejercicio de relax y volví para allá pensando que de allí no me iba sin que me hicieran el dichoso análisis. 


Allá que llego y la administrativa, sin mirarme esta vez tampoco, me coge de malas maneras el papel, mira el post-it y dice con el mismo gesto de oler malas fragancias: 
- Siéntese y espere a que le llamemos- le falta sólo decir un taco del estilo de "coño" o algo así, pero en su cara se notaba que lo estaba pensando.


Y ahí que esperé a que me llamaran y mientras tanto me dediqué a ejercer mi capacidad de observación. Y me lo pasé francamente bien. Sobre todo observaba el trabajo de mi administrativa favorita  por decirlo de la manera más irónica que os podáis imaginar. A todo el mundo trataba de manera desagradable, con lo cual me animé y dije que por lo menos no era nada personal hacia mí. Trató a una pareja fatal después. Iban despistados porque no sabían dónde tenían que pedir citas, y empezó a increparles diciendo que no era ahí, que fueran a otro mostrador. "Dónde?" preguntaba la chica, una moza de raza negra entrada en carnes. "Ahí al fondo" contestaba ella con la misma cara desagradable. Luego llegó una señora que había ido al baño a llenar el vasito de la orina, y la pobre mujer no se le ocurre otra cosa mejor que hacer que tratar de darle la orina. ¡¡¡Madre mía la que se lió!!!!. La administrativa indignada, le riñó también (ahí no quedaba títere con cabeza): "¿Es que no se da cuenta de que no llevo guantes? ¡¡¡las muestras, a quien lleve guantes!!!". 


Y el colmo fue un chico joven y corpulento que llevaba a su niño al pediatra que se encontraba muy cerca de la zona de las analíticas. El tipo no tiene otra cosa mejor que hacer que comenzar a cantarle a la criatura a un elevadísimo volumen una canción (no reconocí la melodía). La administrativa no tardó ni un par de segundos en mandarle callar. El personaje cantarín miró con cara de pocos amigos y se quejó: "¿Dónde pone que no se puede cantar? Joee con la tía" pero una chica que se encontraba a su lado le da un codazo y le dice: "en estos sitios se pide silencio". Ahí concluyó su carrera artística.


Después de todo esto que os he contado, me planteaba nuevamente lo importante que es trabajar bien. Comprendo que hay trabajos duros, pero seguro que estar de buena gana y con agrado es mucho mejor para uno mismo y para los demás. Conozco a limpiadoras, barrenderos, tenderos, médicos, administrativos, oficinistas, y no sigo por no aburrir, que hacen su trabajo estupendamente, y también esas mismas profesiones hechas con mal humor... NO HAY COLOR. Es decir, que el trabajo bien hecho es lo importante, ya puedes tener un trabajo espantoso, que si lo haces de buen grado la cosa cambia, igual que si tienes un trabajo bonito (como puede ser el de médico) y lo haces de mala gana, el trabajo se convierte en algo horroroso.


Y para concluir, recordando a KALVIN LANDER Y URGENLANDER, he decidido llamar a mi Centro de Salud ANALISIS LANDER, para que conozcáis que en este mundo en el que habito hay varios países, no sólo dos. 


Ah!, por cierto, estoy como una rosa. Mejor imposible...


Hasta el próximo día.